jueves, 15 de mayo de 2008

La llave del multiorgasmo masculino



Kung Fu sexual


La llave del multiorgasmo masculino


Si usted es hombre es posible que nunca haya tenido un orgasmo. Sí, leyó bien. Los cultores del Kung Fu sexual sostienen que la eyaculación no es sinónimo de orgasmo y que lo ideal es alcanzar el clímax del placer sin liberar el esperma. ¿La razón? No desperdiciar energía vital, lograr un equilibrio entre salud, cuerpo y alma y de paso alcanzar el sueño masculino del multiorgasmo.

Orgasmo sin eyaculación. ¿Le parece insólito? Pues no lo es. Las culturas orientales saben sobre esto hace más de 3 mil años, cuando el Kung Fu sexual apareció como una rama de la medicina china.

Para el Kung Fu sexual, el orgasmo y la eyaculación son procesos totalmente distintos. Mientras el primero es una experiencia a nivel físico y emocional, el segundo es un simple reflejo que ocurre en la base de la columna y que da como resultado la salida del semen.

Existen diversos ejercicios de respiración y fortalecimiento muscular que ayudan a retener o aplazar la eyaculación con el fin de no desperdiciar la energía vital que se va en cada descarga seminal y, por lo tanto, aprovechar esta energía y convertirla en una fuente de salud, bienestar íntimo y de contacto con lo divino.

¿Qué gracia tiene esta técnica asiática? Múltiples: termina con la eyaculación precoz y la impotencia, permite tener erecciones más prolongadas y puede lograr el sueño de la mayoría de los machos: tener múltiples orgasmos junto a su pareja.

Multiorgasmo masculino

El Kung Fu sexual rompe con el mito de que sólo la mujer puede alcanzar multiorgasmos, ya que con esta técnica los hombres también pueden lograr varias mesetas de placer, lo que es posible gracias a la retención o aplazamiento del acto eyaculatorio. Los taoístas sostienen que al expulsar el semen, el cuerpo asume que se está preparando para crear un nuevo ser. De este modo, todo el cuerpo da
lo mejor de sí, con el consiguiente gasto energético. Ello explica por qué luego de la eyaculación la mayoría de los varones siente cansancio, sueño y otras sensaciones de desgaste. De allí que el Kung Fu sexual se centre en el trabajo de los flujos de energía y sobre todo en una cosmovisión -muy distinta a la cultura occidental- que ve en la sexualidad otra forma de búsqueda de la espiritual.

Jorge Mendoza, economista, investigador de artes orientales y director de la revista Ecovisiones, explica a La Nación que tanto en la tradición taoísta como en el Kamasutra se sostiene que el objetivo de la sexualidad es lograr que la pareja se compenetre y armonice a tal punto que ambos puedan mover su energía sexual desde la zona genital hacia la zona de la coronilla (cabeza). Ese mismo movimiento enérgico es el que realizan los monjes a través del camino de la abstinencia, la oración o la meditación. Por ello, la sexualidad que busca efectuar ese recorrido de energía se transforma en una sexualidad trascendente y espiritual.

Sin embargo ello requiere trabajo. Ximena Santa Cruz, psicóloga, terapeuta familiar experta en esta técnica y esposa de Mendoza, dice que cuando una pareja hace el amor el recorrido de energía natural -en el caso de los hombres- es descendente, o sea de la cabeza a los genitales (de allí la descarga eyaculatoria). En las mujeres es a la inversa: de los genitales a la cabeza (de allí el lado más emotivo de su sexualidad).

Para Santa Cruz, esta diferencia explica las desavenencias en la pareja. “Ellos están más preocupados del placer de la descarga sexual y ellas del placer, pero también de la emotividad, lo que hace que muchas veces ellas se sientan vacías luego de una acto íntimo”, dice.

En un acto sexual taoísta, al contenerse la eyaculación, se redirecciona la energía, la que en vez de bajar hacia los genitales y perderse en la descarga eyaculatoria, sube hacia la cabeza. Ello permite lograr el placer en toda su dimensión y tener efectivamente uno o más orgasmos, pues la energía compromete a todo el cuerpo y además al espíritu. De hecho las técnicas también pueden ser utilizadas por las mujeres, en especial para hacer más fuerte su músculo pubococcígeo (PC), lo que ayuda a tener mayor sensibilidad sexual.

Santa Cruz sostiene que los ejercicios son sencillos, pero hay que tener la constancia de los orientales y ojalá el apoyo de un especialista. La práctica de yoga también ayuda mucho.

Ambos especialistas -que realizan talleres de sexualidad basadas en las técnicas del Tao y el Tantra (ver recuadro)-, sostienen que quien quiera efectuar y aprender la técnica del kung fu sexual debe hablarlo con su pareja, ya que la participación y colaboración del otro servirá para obtener mejores resultados. ¿El peor error que puede cometer? Que esto sólo se transforme en una obsesión por aprender algunas técnicas para ponerlas al servicio del placer.


Primera Etapa
Ejercicios de iniciación


Estos ejercicios pueden ser efectuados por hombres y mujeres para fortalecer el músculo pubococcígeo (PC):

• Cada vez que vaya a orinar, retenga la micción las veces que pueda y luego continúe. Esta sencilla práctica le permite fortalecer el PC.

• Para el mismo efecto contraiga los músculos púbicos y cuente hasta tres, después, relájelos y repita la acción diez veces. Seguidamente, contraiga y relaje rápidamente a discreción. Si lo realiza varias veces por día su músculo PC debería ser lo suficientemente fuerte como para afrontar el absoluto control eyaculatorio y en las mujeres tener mayores sensaciones sexuales.

Segunda etapa
Técnicas para evitar la eyaculación


El primer paso es identificar con claridad todas las sensaciones premonitorias del orgasmo, etapa que se denomina punto de no retorno.

• Para capacitarse en la identificación del punto de no retorno, debe intentarlo con la pareja, donde él yace acostado y ella se coloca encima, ambos de frente. Realizada la penetración e iniciado los movimientos del varón, debe indicarle a su compañera cuándo detenerse justo en el momento en que siente que va a aparecer el orgasmo, para luego continuar. La técnica se denomina “parada y arranque” y requiere comúnmente de la orientación de un terapeuta sexual.

• Respirar lenta y profundamente; inhalar por la nariz, sentir cómo el aire va hasta el fondo del estómago, retenerlo y exhalar despacio por la boca. Para obtener mejores resultados se puede hacer la respiración en concordancia con las contracciones rítmicas del músculo PC.

• Otra técnica es el toque en el “punto del millón de piezas de oro”. El nombre se debe al alto valor que representaba su aplicación en las relaciones sexuales y además, al elevado costo que se tenía que pagar para saber el secreto. Este punto se localiza en el perineo, una pequeña hendidura que se siente justo delante del ano y atrás de los testículos. Cuando se está haciendo el amor, si se cree que se aproxima el momento de la eyaculación, con los dedos medio e índice alineados, se debe presionar con firmeza (sin suspender la penetración). Ello inhibirá el reflejo eyaculatorio.

• Para controlar la eyaculación y que la pareja disfrute de varios clímax, durante la penetración los empujones pélvicos deben ser en forma circular de izquierda a derecha, de arriba abajo, después profundamente.

• Otra forma de obtener más sensaciones, es que en un momento intermedio y sin movimiento se realicen sólo
contracciones de vagina y pene, de tal manera que la mujer contraiga la vagina apretando el pene del hombre, y en su relajamiento el hombre aprieta el PC, haciendo que la mujer sienta que el pene se ensancha en el interior de la vagina

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